La seguridad de los viajeros más pequeños cuando se desplazan en autocar es una cuestión que ha ido reglamentándose con mayor severidad en los últimos tiempos, en aras de conseguir una mayor seguridad en los viajes y trayectos. Somos los adultos los que de manera responsable debemos velar por poner en práctica cuantas medidas contribuyan a esa seguridad. Según el Reglamento General de Circulación, cualquier autobús que tenga más de 9 plazas debe contar con un sistema de retención homologado adecuado para niños a partir de 3 años. Para ello se debe contar como mínimo con el cinturón de seguridad regulable con 2 puntos de anclaje, que facilita su adaptación a la altura del niño. Si el autobús cuenta con cinturones de tres puntos debemos hacer uso de un elevador para que la banda diagonal no dañe el cuello del menor.
Concretamente, en el mencionado Reglamento General de Circulación se aborda la cuestión de los sistemas de retención infantil para autobuses, señalando que «los menores de edad de estatura igual o inferior a 135 centímetros de tres o más años deberán utilizar SRI homologados debidamente adaptados a su talla y peso. Cuando no se disponga de estos sistemas utilizarán los cinturones de seguridad, siempre que sean adecuados a su talla y peso».
Pero también hay que pensar en los usuarios que son aún más pequeños. En el caso de los menores de 3 años, se recomienda que viajen con su propia sillita infantil. Si queremos hacer uso de nuestra propia sillita en el viaje en autobús es importante asegurarse de que el vehículo cuenta con un sistema compatible con ella. Para ello podemos consultar a la compañía, que en ocasiones incluso pone a nuestra disposición una sillita para el viaje. Como alternativa pueden usarse los arneses, que son mucho más prácticos y rápidos de colocar ya que se amarran al respaldo del asiento y quedan enganchados al cinturón de seguridad. No debe caerse en el error de llevar a los niños en brazos en ningún trayecto ya que ante un frenazo brusco o accidente el pequeño puede salir despedido y sufrir daños graves.
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